Cuentas Claras

jueves, 5 de mayo de 2011

De la crítica periodística a la difamación y la calumnia

* Segunda y ultima parte

Ataques a la vida privada (Ley de imprenta).- El artículo primero de la ley de imprenta se refiere desde su epígrafe, a ataques a la vida privada, no obstante que en su texto la Fracción I alude a que las manifestaciones o expresiones circulen en público. Ello no desvirtúa su disposición de que tales expresiones se refieran a la vida privada. La ley no da un concepto de vida privada de una manera explícita, pero si puede decirse que lo contiene implícito, toda vez que en los artículos siguientes se refiere a los ataques a la Nación, a las entidades políticas que la forman, a las entidades del País y a la sociedad.
Para determinar lo que es la vida privada puede acudirse al método de la exclusión y sostener que vida privada es aquella que no constituye vida pública.
Precisando dicho concepto, puede afirmarse que la vida que observan los funcionarios relativos a su cargo público y que es lo que interesa a la sociedad, se opone a las actividades del individuo como particular, a sus actividades en el hogar y en la familia.
Esto da la tónica para considerar cuales fueron los ataques que la Ley de imprenta quiso reprimir en la Fracción I y en la IV del artículo primero. Ahí se contiene una limitación a las garantías de los artículos 6º y 7º constitucionales, pero se refiere a la vida privada, no a la que observan los funcionarios en el desempeño de su cargo, pues esto interesa a la sociedad, y la crítica que la misma o sus oponentes hagan, es legal si no se ataca a la moral, a los terceros o al orden público.
El propio artículo 6º de la Ley de imprenta autoriza la critica a los funcionarios o empleados públicos, pues no debe olvidarse que la opinión pública es el medio de controlar a los depositarios del poder y que la libertad de prensa es necesaria para la vida política y social y, que debe de interpretarse con criterio amplio, atendiendo al fin que es el bien público social general.
En estas condiciones resalta que no existe el delito. Si los hechos imputados por el quejoso a las personas que menciona en sus publicaciones no se refieren a sus actividades particulares sino al ejercicio de su cargo en una institución descentralizada, pero por lo mismo, una institución de carácter público, y aún cuando como en la inmensa mayoría de los actos ilícitos, esas actividades se realizan en forma oculta, ello no les quita su carácter de actividad pública en atención a su relación con el cargo de funcionarios o empleados públicos de los presuntos ofendidos.
Es urgente que se den las adecuaciones a la Ley para garantizar el libre derecho a informar, porque a medida que se logre tener una comunidad informada y consiente de los hechos de sus funcionarios, se podrá hablar de la existencia de un Estado que busca una verdadera democracia.
A los delincuentes disfrazados de policías, a los corruptos funcionarios que tratan de inhibir la labor de investigación, a los que ostentando poder político y material convierten en socios algunos medios, con amenazas anónimas haciendo creer que siempre son grupos subversivos o narcos sin rostro, creando con ello autocensura el 90% de medios de comunicación en Baja california, motivo por el cual, en proceso de extinción o tabú se halla el tema relacionado con el crimen organizado, subrepticio método en el que la mafia política oculta el verdadero rostro y venden solo a sicarios, con su ejecución o libertad, el cordón umbilical de impunidad e intocabilidad para seguir confundiendo a la sociedad y a algunos medios.
Para que antes que actuar en Tijuana, los policías conozcan la mínima cronología de derecho y garantías Individuales que no por ser prensa se convierte en exclusiva patinete, sino por derecho corresponde a civiles y sociedad en general, porque los Jueces Calificadores no se dejen presionar y apliquen la norma , y el criterio desde la figura estricta en que deben basar su determinación jurídica antes que ser sumisos abogados en manos de polizontes en lo mínimo y negligentes en causa y omisión, para el cargo qué ejercen.
Los Policías de Tijuana ahora se creen abogados, y a ellos se debe aplicar la acción penal por usurpación de funciones, o de plano ofrecer a más huestes policiacas cursos de capacitación y simposios dirigidos a que conozcan en su forma teórica, analítica y practica la cultura de legalidad por general, que conozcan no solo el 60% del Bando de policía y buen gobierno que es su tabla irregular, sino aplicación de actuación y proceder en temas como reglamentos donde fingen o ignoran competitividad de autoridad cuando si hay contexto suficiente de competencia, para ello deben recibir cursos, e igual en aplicaciones ajenas a su jurisdicción en materia de autos con placas extranjeras, donde las limitantes son máximas pero su bajeza mucho peor.
¡ Ya basta ¡ Sr. Alcalde no es de romanticismo diplomático, ni de falsas promesas políticas, que el gremio periodístico de Tijuana concebimos su administración, ¡ Ya basta ¡ de inconformidades y manifestaciones del pueblo frente a su rostro carismático donde como divina garza esconde la vergüenza de mantener en estos 6 meses en orfandad de justicia e impotencia social a quienes esperamos la honestidad, pulcritud, sentido social, y proyecto en beneficio de los Tijuanenses y no solo de su grupo de funcionarios en el que ni el 90% demuestran estar aptos para servir al pueblo ye igual incumplen el perfil.
Ya bastas Sr Presidente Municipal, la Libertad de expresión no tiene límites, Ud. Desafortunadamente solo en 3 años erosiona su poder…está a tiempo de que retiremos este Ya Basta o se multiplique…Ud. decide.
"Sirva el presente como humilde homenaje a mis compañeros Baja Californianos que en los últimos años han sido víctimas de policías que, bajo el uniforme y placa siguen perpetrando una cacería de reporteros desconociendo leyes y conceptos , amén de criterios merced a su neofitez y falta de ética, apoyados claro ,por la negligencia de Sindicatura Municipal, y autoridades competentes que los solapan… a quienes como un servidor, igual Mata, Camacho Ibarra, Juan Ojeda, , Joel Galena, José Luis Camarillo, Noé Chávez, Ramsés II, Atahualpa Garibay y más de 10 periodistas hemos servido de prueba y ejemplo de esta estela de ineficacia policiaca, cuyos elementos se han convertido en dictadores de jueces calificadores, a ellos y a quienes en medio de este oficio convertimos en nuestro mayor premio no sólo el reconocimiento diplomático o acaso esporádica y superficialita del funcionario o empresario que nos ve en la cotidiana labor, sino al propio valor, de enfrentar la verdad... a prueba del silencio".

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