El ídolo máximo de la institución, el hombre que había pulverizado todos los récords con la camiseta blaugrana y había cosechado todos los títulos que se le pusieron en el camino no renovaría su contrato. Lionel Messi, el "pequeño gigante" argentino, empezaba a formar parte del pasado culé.
Horas antes del anuncio, a pesar de que todo indicaba que la renovación de Messi con el Barcelona sería solo un trámite, los rumores comenzaron a surgir alertando de dificultades que podrían entorpecer la negociación. Todo, incluso, a pesar de que el conjunto catalán había cambiado recientemente autoridades y el nuevo presidente, Joan Laporta, mantenía una gran relación con el futbolista, ya que había estado al frente de la institución en los primeros años del argentino en el club.
Lo que vendría después serían las explicaciones del propio Laporta, que adjudicaba la no renovación de Messi a la situación económica del Barcelona y a la reglamentación de la Liga española que impone un tope salarial total para cada club, y las lágrimas del argentino, que quedaron marcados a fuego entre las imágenes más conmovedoras en el mundo del fútbol de los últimos años.
El Barça, en tanto, afrontó la nueva temporada con un muy cuestionado Ronald Koeman al frente del plantel, pero fue cesado a mediados de octubre ante los magros resultados, tanto en la Liga como en la Champions. Su sucesor fue nada menos que Xavi Hernández, otro de los hijos pródigos de la generación dorada, compañero de Lionel Messi en aquellos gloriosos equipos que armó Pep Guardiola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tus comentarios