Una ovación se desató entre los más de 83 mil aficionados que abarrotaron el estadio Camp Nou para despedir a Dani Alves. En una ceremonia para reconocer su trayectoria, el brasileño fue distinguido con una placa y una playera con el número 431, en referencia a los partidos disputados con los azulgrana.
La emoción dominó a Alves, quien alegre y bromista saludó a cada uno de sus ex compañeros del Barça al tiempo que en las gradas resonaban los aplausos. Horas antes, el ahora jugador de Pumas publicó en redes sociales un mensaje para la afición de los catalanes.
“Una primera vez me fui, intenté volver, lo conseguí y otra vez me fui. Pero el destino me trajo de vuelta una vez más. No quiero despedirme de ustedes. Quiero verlos otra vez, abrazarlos, quiero compartir más un momento único con ustedes”.
Con cánticos y banderas auriazules, un grupo de aficionados de Pu-mas sorprendió en las calles de Barcelona al llegar al estadio en caravana. Sin embargo, ya en el recinto, los seguidores felinos se perdieron entre la masiva afición catalana, y la escuadra universitaria decepcionó en el campo.
Nerviosos e impresionados por el rival, los Pumas se convirtieron en un adversario endeble. Sólo 10 minutos fueron suficientes para que el Barcelona sentenciara el camino de una goleada.
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